Juan Ancajima Rumiche nació el 30 de junio de 1946 en Chulucanas (Morropón,
Piura); hijo de Iquinio Ancajima Preciado y de Sofía Rumiche Monasterio; es el
mayor de sus hermanos, Eufemio, Carmen, Cristina y Agapo (hermano de padre).
Reside en Chepén desde 1976. En 1973 Contrajo matrimonio con Isabel Calle
Machacuay (Chulucanas) con quien tiene tres hijos: Roberto (ingeniero de
sistemas), Juan Gabriel (ingeniero agroindustrial) y Rolando (estudiante de
Administración). Reside en Chepén desde el año 1976. Su crianza la
pasó entre los carbones y lápices de colores que portaba en sus bolsillos,
y el trabajo agrícola en la chacra de su abuelo Tomas Panta; desde muy
niño dio muestras de su talento por el dibujo y la pintura.
Artista
plástico en dibujo, pintura y escultura, en 1958 empezó a hacer historia
en su pueblo al ganar el concurso Provincial de Dibujo y Pintura con la
composición pictórica “Nacimiento de Jesús”. Ganó también el concurso de
pintura con el óleo “Cristo Cholo “que organizó
En escultura
trabaja con madera, mármol, piedra, bronce, aluminio y la fibra de vidrio,
además del cemento y yeso. Es el autor de las estatuas del Vía Crucis en el
cerro de Chepén y diversas esculturas como
Es Profesor de
Arte, el año 1988 ingresó a la docencia en el Colegio Nacional
Agropecuario de Chepén, años más tarde es promovido al Colegio
Nacional “Carlos Gutiérrez Noriega” dictando cursos de dibujo, pintura,
música, teatro, artesanía (en arcilla y yeso), desarrollando en los
estudiantes capacidades plásticas, promoviendo una identidad cultural para
Chepén mediante la creación de una artesanía local. En dicho plantel destacó su
talento por la escultura, elaborando distintos murales en alto relieve,
esculturas y pinturas; además desarrolló una nueva técnica para la elaboración
de carros alegóricos con movimiento mecánico, trabajo con el que ha ganado
Espigas de Oro en el concurso de Carros Alegóricos que anualmente se celebra
con motivo de
Juan Ancajima Rumiche está dedicado a su arte y como profesor, estimulando habilidades artísticas en las nuevas generaciones; nos dice que Chepén no tiene artesanía propia, pero que se podría crear haciendo réplicas de las esculturas del Vía Crucis, en piedra jabonosa o marmolina. Para otras artesanías se utilizaría materiales de la zona como arcilla, madera, inea, carrizo. "Me gustaría capacitar a familias que deseen aprender este arte, Chepén está en condiciones de crear su propia artesanía y las familias de obtener nuevos ingresos con esta actividad", afirma. En reconocimiento al pueblo que lo acogió, continúa brindando su experiencia y conocimientos en bien del desarrollo socio económico y cultural de Chepén.
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